Acusaciones mutuas en visita a la frontera: Biden y Trump

Washington, 29 feb (Prensa Latina) Joe Biden y Donald Trump se acusaron hoy mutuamente de los problemas con la migración en la frontera entre Estados Unidos y México, durante una visita a Texas que fue, además, una parada de campaña.


El presidente Biden y su antecesor republicano en el cargo realizaron recorridos por el límite fronterizo y se reunieron con funcionarios locales durante su estancia en esa parte del país.


En Brownsville, el gobernante de turno en la Casa Blanca conversó con agentes de la Patrulla Fronteriza e instó a los legisladores republicanos a aprobar una propuesta bipartidista del Senado a la que se oponen.


«Necesitamos actuar. Es hora de que el presidente y algunos de mis amigos republicanos en el Congreso que están bloqueando este proyecto de ley muestren un poco de coraje», expresó.


Para Biden fue Trump el culpable de acabar con un acuerdo bipartidista que habría dado a todos los presidentes nuevos poderes para controlar la afluencia de inmigrantes y agilizar un proceso de asilo fallido, reseñaron medios locales.


Mientras el exmandatario achacó la responsabilidad al demócrata y por lo tanto aboga por una fuerza militar para cerrar la frontera, controlar una invasión de «asesinos», arrestar a los indocumentados y expulsarlos de Estados Unidos, reportó la CNN.


Trump señaló este jueves que los agentes de policía locales serían la pieza clave de su propuesta de segundo mandato para deportar en masa a los inmigrantes que ingresaron ilegalmente a Estados Unidos

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«Tenemos que deportar a mucha gente y tienen que empezar de inmediato», subrayó Trump a Fox News desde Eagle Pass.
Según el exmandatario «no tenemos otra opción, y la forma de hacerlo es la policía local».


El republicano prometió que, en caso de ser elegido, llevará a cabo la operación de deportación más grande en décadas para expulsar a los inmigrantes que cruzaron la frontera de forma irregular.


Por eso el incremento de su retórica contra los migrantes cita los esfuerzos de deportación de la administración de Dwight Eisenhower (1953-1961), a través de un programa conocido como «Operación Espaldas Mojadas» que utilizó tácticas militares para detener a los inmigrantes.


La campaña del actual ocupante del Despacho Oval calificó la propuesta de «racista, antiestadounidense e ineficaz».